Saturday, November 25, 2006

Rojo

En el instante más dulce
Se abrió el océano

Soltándote el pelo
Ardiéndote la piel

Para que yo penetrara
Para que sea tapado por la ciega brisa de las aguas
Arañándome los bordes
Regándome de ganas
Bordeando el rojo campo de los labios

Rocé las cimas
Con la muerte tierna a nuestro lado

El instante fue eterno
Se hizo incomparable

Me quedaba en la profundidad
Liberaba mi envoltura
Me posaba en tu rociada superficie
Quedaba mudo
Como el vacío

Desplazábamos los cuerpos
De sangre densa
De aire abultado

Vertí mil pedazos de luna
En tu esponjosa tibieza encarcelada

Sembré algunos pétalos albinos
En la dulce primavera de tus labios

Y así en un día centella
Con la luz absuelta

Te amaba

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