Por siempre cordillera
Si pudiese dejarte una palabra, solamente una,
te dejaría la palabra cordillera.
Digamos que comprenda tu aire, nuestro aire, todo lo nebuloso,
Las soledades mudas que congelaron sus cumbres,
lo blanco en la yema, lo rojo en sus manos,
que en mis sueños se posan y nos tocan el alma.
Quizás sería mejor dejarte un cometa,
un caballo, un paracaídas.
Pero ni una cometa, ni un caballo ni un paracaídas,
llorarían conmigo cuando el año pase,
cuando el sol derrita sus lágrimas de hielo
y cayesen como sabia desde los vértices derramados,
bañasen tu cuerpo en agua cristalina,
e impregnasen en tu piel
los sabios minerales de su impenetrable altura.
Aunque todo agonice, aunque todo desaparezca,
en las noches de luna se aparecerá por tu espalda.
Y bordearás con tus dedos nativos,
sus bravos pechos de roca escarpada.
Mi orgullo se esconderá en un profundo ventisquero,
lejos del cogollo y de la tierra.
Pero cerca del cielo, rozando el vacío.
Para ti, sería por siempre cordillera.
te dejaría la palabra cordillera.
Digamos que comprenda tu aire, nuestro aire, todo lo nebuloso,
Las soledades mudas que congelaron sus cumbres,
lo blanco en la yema, lo rojo en sus manos,
que en mis sueños se posan y nos tocan el alma.
Quizás sería mejor dejarte un cometa,
un caballo, un paracaídas.
Pero ni una cometa, ni un caballo ni un paracaídas,
llorarían conmigo cuando el año pase,
cuando el sol derrita sus lágrimas de hielo
y cayesen como sabia desde los vértices derramados,
bañasen tu cuerpo en agua cristalina,
e impregnasen en tu piel
los sabios minerales de su impenetrable altura.
Aunque todo agonice, aunque todo desaparezca,
en las noches de luna se aparecerá por tu espalda.
Y bordearás con tus dedos nativos,
sus bravos pechos de roca escarpada.
Mi orgullo se esconderá en un profundo ventisquero,
lejos del cogollo y de la tierra.
Pero cerca del cielo, rozando el vacío.
Para ti, sería por siempre cordillera.